El origen de la escritura
La escritura es un privilegio que no todas las lenguas han alcanzado. Poder disponer de un sistema de representación de las ideas y las palabras permite conservar la información para transmitirla a otras personas de una manera fiel. Su primera utilidad fue registrar información de interés para el gobierno de las ciudades, por ejemplo, sobre impuestos o transacciones comerciales; solo después se escribieron libros religiosos, obras literarias, etc.
La invención de la escritura tuvo tal trascendencia que se ha fijado el nacimiento de la historia a partir de la aparición de los primeros testimonios escritos.
La escritura mesopotámica
Una de las primeras civilizaciones que desarrolló un sistema de escritura fue la mesopotámica, situada en Oriente Medio, en el territorio que actualmente corresponde a Irak. Allí, hace unos 5.000 años, surgió un sistema de escritura consistente en dibujos, o formas cercanas al dibujo, que representaban seres u objetos.
Los jeroglíficos egipcios
En Egipto también se desarrolló un sistema de escritura: los famosos jeroglíficos egipcios. En los jeroglíficos había signos que representaban seres o cosas. Pero además había otros signos que representaban sílabas o grupos de sonidos. Algo así como si representáramos la palabra soldado dibujando un sol y un dado.
La escritura china
En China floreció un sistema de escritura basado en signos que representan seres, objetos o ideas. Se trata de un sistema que permanece aún en el chino actual. Hoy en día, el chino que se emplea normalmente se lee de izquierda a derecha. En cambio, el chino culto y la poesía se leen de arriba abajo y de derecha a izquierda.
El alfabeto
Todos los anteriores sistemas de representación tenían un problema: había multitud de signos distintos, con lo que aprender a escribir no era tarea fácil. Por eso, la invención del alfabeto por los fenicios hace unos 3.000 años fue una revolución. En los alfabetos, cada letra viene a representar un sonido, de modo que con unos treinta signos se pueden escribir todos los mensajes. El cambio a este sistema tenía grandes ventajas, pues veintinueve letras son menos que los mil caracteres que se deben retener en chino, menos que los varios centenares de jeroglíficos egipcios o que los seiscientos signos cuneiformes que manejaban los escribas en Mesopotamia. Por eso, la invención del alfabeto abrió la posibilidad de que muchas más personas aprendieran a escribir.
El alfabeto fenicio fue el origen de otros alfabetos muy distintos que se utilizan actualmente: el alfabeto griego, el alfabeto árabe, el alfabeto hebreo y el alfabeto latino; este último es, con ligeras variantes, el que utilizamos nosotros. Sin embargo, pese a ese origen común existen diferencias. Así, las lenguas que adoptaron el alfabeto griego o el latino mantienen el sentido de la escritura de izquierda a derecha; en cambio, el árabe y el hebreo actual se escriben de derecha a izquierda.
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