lunes, 14 de marzo de 2011

Situacion en el Cairo 2

14-03-2011 / 8:50: h
Laura Millan Lombraña El Cairo, 14 mar (EFE).- Egipto vive imbuido en una atmósfera de fervor patriótico desde que la presión de miles de manifestantes hizo caer el régimen de Hosni Mubarak en un hito histórico que ahora los egipcios recuerdan con todo tipo de souvenirs revolucionarios.
En las últimas semanas, pelucas, camisetas, llaveros, pegatinas y chapas se han popularizado en las calles Egipto, y sus ciudadanos lucen los colores rojo, blanco y negro de la bandera del país con el orgullo de una hinchada que acabara de ganar una liga.
La plaza Tahrir de El Cairo, que fue el núcleo central de las manifestaciones que reclamaban la renuncia del ahora expresidente Hosni Mubarak, ha vuelto a la normalidad, pero las trazas de las movilizaciones siguen presentes en forma de decenas de tenderetes que venden recuerdos de la revolución a buen precio.
En una esquina de la plaza Tahrir, Jalaf Mohamed ha improvisado con cartones un mostrador en el que expone banderas, chapas, cintas, bufandas y calendarios.
Además, ha convertido la barandilla que separa la acera del caótico tráfico de la plaza en un expositor de camisetas que vende a 25 libras la unidad (unos 3 euros) aunque, como suele pasar con los comerciantes en Egipto, el precio es negociable.
Mohamed es propietario de un puesto en el popular zoco cairota de Jan el Jalili, que atrae a centenares de miles de visitantes cada año pero que, como muchos otros puntos turísticos del país, se ha vaciado tras la agitación popular de las últimas semanas.
En español fluido y salpicado de expresiones en vasco y en catalán, Mohamed explica a Efe que las ventas han comenzado a bajar también en Tahrir desde que el pasado miércoles el ejército evacuó a los manifestantes que todavía quedaban en la plaza.
"En Jan al Jalili no tenía clientes, así que vine a Tahrir y ahora aquí también se ha acabado el negocio", suspira con preocupación, y se muestra deseoso de que el turismo se recupere "algún día".
Cerca de allí, otro vendedor, Taha Nagi, se muestra más optimista sobre la situación ya que en el Egipto de Mubarak sólo conseguía trabajo de forma esporádica, "una hora aquí, un día allí", recuerda, mientras que ahora su puesto de banderas egipcias y libias le permite no tener que preocuparse por comer caliente.
Cerca de la boca del metro, Walid Adara va más allá que el resto de sus compatriotas y no sólo ha intercambiado las estatuillas de dioses egipcios y los papiros con jeroglíficos de Jan al Jalili por banderas y llaveros, sino que vende pelucas, grandes sombreros y un surtido de camisetas de todas las tallas y colores.
"Ahora no hay nadie en Jan al Jalili, los turistas no vienen a Egipto y los egipcios se quedan en sus casas y no compran", lamenta Adara, que cuenta a Efe que participó en las manifestaciones en contra de Mubarak pero que ahora, tras su caída, intenta reflotar el negocio.
Con este puesto, uno de los más bien surtidos de la plaza, Adara gana unas 150 libras cada día, de las que descuenta 50 libras para Ahmed Ibrahim, su improvisado ayudante: "Ahmed tenía una tienda en un centro comercial pero ha tenido que cerrar porque allí también han caído las ventas. Ahora me ayuda y le doy 50 o 60 libras, depende del día".
Adara, de unos 30 años, cuenta que se casó hace un año y que le preocupa no saber cuánto durará la situación actual.
"Todos en casa dependen de mí, hace tres meses tuve mi primer hijo y ahora no tengo dinero", lamenta, y añade: "Compro la comida que necesito para cada día y cigarrillos cuando gano algo más".
Preguntado por cuál sería la mejor solución para volver a la normalidad, Adara no hace referencia al referéndum por la reforma de la Constitución que se celebrará el próximo sábado ni a los posibles candidatos a la presidencia.
Alza las manos, mira al cielo y en un golpe de teatralidad grita: "¡Que vuelvan los turistas por favor!". EFE

FUENTES: ABC.

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